Lo he pensado. Visto lo acaecido esta semana en el Ayuntamiento de León, estoy contento. Parece que la “Ikastolización lliunesa” de nuestra enseñanza infantil y primaria está en marcha. El Ayuntamiento de León, autoexcluido de la arquitectura de nuestro estado constitucional, demanda la gestión de toda la enseñanza primaria. Algunos me dicen que hasta de la secundaria. La gestión de toda la enseñanza, no sólo de la educación infantil, que es el tramo sobre el que la Junta ha abierto a debate la posibilidad de delegarla como competencia municipal. Parece que el Ayuntamiento reivindica para sí la gestión de toda la Enseñanza primaria- ¿y de la secundaria?-. Los mantenimientos de las escuelas, que yo sepa, ya son de su competencia, así que el acuerdo debe referirse a algo más. La verdad es que las informaciones de las que disponemos no aclaran mucho cual es el alcance de esa supuesta “gestión de toda la enseñanza”, y la forma en que se tomó el acuerdo no ayuda a esas aclaraciones. Me lo contaba ayer alguien que asistió al Pleno. Parece que Don Paco, el alcalde, en su primera intervención, tal como venía manifestando, mostró su rechazo a las pretensiones de la Junta de transferir la educación infantil a los municipios. Parece que después intervino el Concejal-Ideólogo Leonesista, quien, “in voce” y sin más fundamento, se descolgó con una propuesta por elevación: “Gestionemos toda la educación primaria. Así se acabarán los ataques a la historia y el sentimiento leoneses”. No sorprende esta nueva patada de banco en el Sr. Pardo. Otro brindis al sol con el que mantendrá su discurso, victimista y provinciano, del que vive holgadamente. Lo sorprendente es que, después de esa intervención, el Sr. Alcalde y todo el grupo de concejales socialistas decidieran apoyar la propuesta. Tal ejercicio de incoherencia resulta incomprensible en un grupo de personas a las que se supone militantes leoneses del Partido Socialista Obrero Español, y sin duda habrá sorprendido mucho a sus compañeros del resto de la provincia y no digamos a los del resto del estado español y a su compañero, el Presidente del Gobierno de España. Todos habrán notado, sin duda, lo poco que atiende esa provincianista y pancartera petición a los auténticos problemas de la educación primaria y secundaria en nuestro país. Si no fuera tan grave sería de risa. Sé que se trata de un brindis al sol, que no será jamás efectivo, pero, por si acaso, como os decía al principio, estoy contento de que mi hija haya acabado esta semana la secundaria. No sólo porque haya aprobado, que también. Si no porque se ha librado de los “lliunesistas” planes de gestión educativa que, de aprobarse la petición de nuestro ayuntamiento, el Sr. Pardo aplicaría con mucha pompa y poca gloria en los colegios de León.
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