miércoles, 16 de febrero de 2011

Entre todos le mataron. El solo se murió


Más con noticias judiciales relacionadas con la casa a la que, muy atinadamente, el maestro Victoriano Crémer llama “de poridad”. Con el Ayuntamiento, vamos. En este caso con la Mancomunidad de servicios  Funerarios, que es lo mismo pero en el ámbito metropolitano, lo que agrava la cuestión porque aumenta la implicación a tres de los cuatro ayuntamientos más poblados de la provincia. Otra sentencia. Nuevo varapalo para los gestores públicos. Según la audiencia: SERFUNLE ha incurrido en “prácticas de competencia desleal”. Para ser más precisos: “Serfunle  ha  prestado servicios que han supuesto el traslado de cadáveres o restos cadavéricos cuando el fallecimiento  ocurrió fuera del territorio de la Mancomunidad. Ello supone una actuación que se extralimitó  de lo  que era su campo natural  de actuación que integra una  vulneración de los preceptos que regulan la competencia desleal. En consecuencia se falla: “es desleal el comportamiento de Serfunle, a la que se condena a indemnizar a la demandante en la  suma que resulte de deducir todos los servicios facturados por la primera  de los llevados a cabo fuera de su  ámbito territorial” en la cuantía que se determine en otro procedimiento.
La audiencia es contundente: Serfunle es responsable de competencia desleal. Yo añado que la misma contundencia cabe esperar de Serfunle: Debe determinar quien o quienes han sido los responsables de este desaguisado que, como dice la sentencia, va a costarnos finalmente muy caro.
Otro varapalo más. Despidos nulos, con indemnizaciones; dudosos procesos privatizadores; ejercicio de competencia desleal; engorde de plantillas y ruina municipal. Podemos hablar de todo. Y en todo- por acción u omisión, en el Gobierno o en la oposición-todos –PP, PSOE, y UPL- tienen mucho que decir. Aunque el Sr. Chamorro, y casi todos, lancen balones fuera. Alguien debe aclarar las responsabilidades. Las  indemnizaciones van a caer sobre unos presupuestos y arcas municipales que están muy deterioradas. Sobre todo en el Ayuntamiento de León al que parece fácilmente aplicable el dicho popular que nos sirve de título: “entre todos le mataron, y él sólo se murió.”

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