Son días de euforia, bastante contenida por mi parte pero totalmente justificada, por el triunfo mundial de la roja, que es el triunfo de un grupo de buenos chavales españoles que juegan al futbol como los ángeles.
Son días en los que disfruto viendo gozar a casi todo el mundo. Me acuerdo aquí de la mirada preñada de contagiosa alegría de otro chaval, también bueno, también guapísimo, que se llama Álvaro. Es el hijo de Del Bosque, el que hizo que al “míster” se le pusieran los ojos como chiribitas cuando le abrazó a su llegada. Dice en una entrevista que quiere siempre lo mejor para su padre, que le lleva en el corazón. Me emocionó y transmitió más su risa humilde, hermosa y sincera, que las excesivas ocho horas de desfile rojo y gualda trasmitidas en directo por todas las cadenas de Televisión.
Pues bien, en estos días en los que todo parecía ocupado por la roja, una noticia relacionada con la conservación del medio ambiente ha llamado mi atención y ha hecho que me cuestione un hábito que, lo confieso, hace tiempo adquirí y que he decidido cambiar radicalmente: El pernicioso hábito de beber agua embotellada, incluso en casa. Según el diario suizo Le Temps, la energía utilizada en todo el proceso de fabricación y posterior deshecho de una botella de agua equivale a llenarla de petróleo en un cuarto. Millones de litros de petróleo, casi los equivalentes al consumo anual de 20.000 coches, podrían ahorrarse con el agua que se consume solo en España, alrededor de 140 litros por persona al año en el 2.004. No se trata de dejar de beber, claro. Se trata, como siempre, de disponer de la información correcta para poder tomar nuestras decisiones a la hora de decidir entre las opciones de plástico o del agua de la red. En la decisión deberíamos también considerar el coste ecológico que supone que sólo 14 de cada 100 de esas botellas vayan al contenedor de reciclaje.
Claro que para no incentivar el consumo de agua embotellada nos ayudaría sin duda una mejoría de la calidad del agua de la red. Ese sí que sería un buen reto de actuación para nuestros ayuntamientos: Volcar sus esfuerzos en la mejora de la calidad del agua del grifo y fomentar el abandono paulatino del consumo de agua embotellada. Yo, me apunto, sin duda. Un abrazo y enhorabuena por el triunfo.
También es importante usar los envases para coger en ellos agua de la red,del grifo.Reutilizar el plástico y beber de las fuentes,va a ser una buena forma de evitar comprar agua embotellada y ademas se evita generar envases sin necesidad.Podeís rellenar una botella grande de agua y compartirla,con vasos o con sistemas individuales para beber de forma personal,como la boquilla personal(la podeís ver wn www.boquillapersonal.es
ResponderEliminarUna buena forma de compartir y evitar generar más plástico innecesario.Saludos