miércoles, 16 de febrero de 2011

Anuncios y realidades


La noticia abre la primera página de la prensa local. Los usuarios del autobús tendrán un billete único desde el 1 de diciembre. Esta es la decepcionante consecuencia del penúltimo gran anuncio del súper consejero Silván en relación al transporte metropolitano. Os lo recuerdo. A principio del verano vino a decir que aproximadamente en el otoño se pondría en marcha el Consorcio de Autobuses del Área Metropolitana de León.
En la prensa hablan de cinco años esperando. No ando demasiado bien de memoria, pero creo que llevamos oyendo hablar del consorcio del transporte más de cinco años; muchos más. La historia se repite; cíclicamente la Junta nos presenta un estudio o el encargo de un informe sobre la situación del transporte; promete que en breve se pondrá a los ayuntamientos y empresas de acuerdo y anuncia un futuro lleno de esperanza. Entre estudios y reuniones se pierden tres años. Durante ese tiempo los Ayuntamientos que quieren un servicio digno se ven obligados a asumir un coste presupuestario que no deberían soportar solos o a aceptar que las empresas se mantengan en los mínimos que les marca el título concesional – que también les da la junta- con unos autobuses y trayectos indignos del siglo XXI. Por supuesto que los precios siguen subiendo y las empresas facturando cada día más y con menos riesgo. Al final, por fin, se anuncia que las elecciones están ahí y que para la próxima legislatura lo veremos.
Me atrevo a aventurar que esta vez no será distinto. La tarjeta anunciada por la Junta, será un anuncio publicitario más, y un fracaso que no resolverá ninguno de los déficits que aquejan al transporte de viajeros. La misma Junta la presenta como la primera fase de un proyecto que no concluirá hasta el próximo año; reconoce que aún tiene que informar a los ciudadanos y que  no tiene datos ni cifras que poner encima de la mesa de los Ayuntamientos, como  la  cuantía que tendrá que abonar cada uno  por pertenecer al consorcio, la modificación y adaptación de las líneas o la posible coordinación con el tranvía. Añádase a eso  una política de precios excesiva y la inexistencia de acuerdos sobre quién pagará la factura, y la conclusión es evidente: Después de Junio lo veremos.  El proyecto quedará para la próxima legislatura. Qué le vamos a hacer esto es León y esta es la Junta de los anuncios.

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